🏡 Viviendas con terraza: ¿realmente son más valiosas?
Durante años, las terrazas fueron ese “extra” agradable en una vivienda, algo que se valoraba, pero que no determinaba la compra. Sin embargo, desde hace un tiempo —y especialmente tras la pandemia— tener una terraza ha pasado de ser un capricho a convertirse en una auténtica necesidad.
Pero… ¿son realmente más valiosas las viviendas con terraza? La respuesta corta es sí, aunque con matices.
🌞 El valor intangible del espacio exterior
Una terraza no es solo metros cuadrados: es libertad, luz y aire.
En un país como España, donde el clima invita a vivir hacia fuera, disponer de un rincón al aire libre tiene un valor emocional inmenso. Es el lugar donde se desayuna el domingo, se toman las primeras cañas del verano o se ve caer la tarde sin moverse de casa.
Ese valor emocional y de calidad de vida es algo que el mercado ha aprendido a traducir en cifras. Cada metro de terraza, según zona y orientación, puede incrementar el precio de una vivienda entre un 8% y un 25%. En localidades costeras o soleadas, la diferencia puede ser aún mayor.
📈 La demanda lo deja claro
Los datos de portales inmobiliarios muestran una tendencia constante:
los anuncios que destacan “terraza”, “balcón” o “vistas al mar” reciben hasta un 60% más de contactos que aquellos sin estas palabras clave.
En la práctica, los compradores actuales priorizan espacios abiertos, luz natural y ventilación, sobre todo si buscan una segunda residencia o una vivienda para teletrabajar. La terraza aporta privacidad y bienestar, factores muy cotizados en el mercado post-2020.
🏙️ No todas las terrazas valen lo mismo
Claro, no todo lo que se llama “terraza” tiene el mismo impacto en el precio.
- Orientación sur o este: más horas de sol, más valor.
- Vistas despejadas o al mar: incrementan la percepción de exclusividad.
- Superficie útil y privacidad: una terraza amplia y sin vecinos enfrente siempre se paga mejor.
- Mantenimiento y estética: una terraza cuidada, con suelo antideslizante, vegetación o mobiliario de calidad puede revalorizar aún más el inmueble.
En cambio, terrazas pequeñas, interiores o con poco acceso al sol aportan menos valor económico, aunque siguen siendo un atractivo visual en la venta.
🧱 La otra cara: mantenimiento y comunidad
Tener una terraza también implica ciertas responsabilidades:
impermeabilización, limpieza, mantenimiento y, en ocasiones, más gastos de comunidad o seguros. Por eso, no todos los compradores están dispuestos a pagar una prima elevada si perciben que el espacio exterior puede convertirse en una carga.
El secreto está en el equilibrio: una terraza bien integrada y cuidada suma, pero una abandonada o sin funcionalidad puede restar.
💼 Conclusión: un activo emocional… y financiero
En el mercado actual, una vivienda con terraza no solo se vende antes, sino que puede alcanzar precios notablemente superiores.
Más allá de los números, el verdadero valor está en lo que ofrece: una prolongación natural del hogar, un refugio al aire libre donde disfrutar sin salir de casa.
En resumen:
Tener una terraza hoy no es un lujo, es una inversión en calidad de vida.
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